En la fotografía hay algunos conceptos que deben ser asimilados de tal forma que usemos de forma intuitiva, sin pensar, y que modifiquen nuestra forma de tomar las fotos para que estas adquieran un carácter que se diferencie de las fotos normales. Uno de estos importantes conceptos es la regla de los tercios, que a la vez de sencilla, es muy importante y de gran impacto visual.

La regla de los tercios es una norma de composición muy básica. Esta regla indica que en una imagen, dividiéndola con dos líneas horizontales imaginarias paralelas y equidistantes, junto con otras dos verticales también paralelas y equidistantes, marcan 4 puntos en sus intersecciones cuyo impacto sobre las imágenes son más fuertes, de forma que los objetos que mostremos en nuestras fotos deberían ir distribuidos en dichos puntos.

Dicha regla es muy utilizado para prácticamente todo tipo de fotografía, desde retratos, pasando por bodegones, moda, paisajes, etc… Es especialmente en este último tipo de fotografía donde se aplica una variante (ley del horizonte), que indica que la línea del horizonte en las fotografías debe colocarse sobre una de las dos líneas imaginarias horizontales.

Como casi siempre, la teoría es bastante más difícil de entender que la práctica, así que lo muestro en unos ejemplos:

En esta imagen hemos marcado con líneas azules las imaginarias de las que hablábamos, marcando los tercios. En las intersecciones hemos marcado con círculos rojos los puntos fuertes de interés. En este caso, la mansión está sobre la línea que corta 1/3 por la derecha, y el árbol de la izquierda se sitúa sobre el punto rojo del tercio de abajo con el izquierdo. Esta composición tiene mucha más fuerza que en una foto donde se hubiera situado la casa en el centro de la imagen.

Aquí la chimenea se ha situado sobre la línea de la izquierda, con el hogar de la misma justo en la intersección con la línea horizontal de abajo. Por otro lado, la ventana queda situada sobre el punto opuesto, arriba a la derecha.

Estas leyes son básicas y tan simples que de alguna forma veréis que aplicándolas en nuestros disparos, poco a poco se irán integrando en nuestra forma de ver las cosas, y dejaremos de tener que forzar los encuadres como nos han enseñado, para hacerlo de forma totalmente intuitiva.

Otro apunte importante es que esto es una norma, no es una obligación. Y como toda norma, está para romperla de vez en cuando, dependiendo siempre de la situación